miércoles, 30 de mayo de 2007
Agenda (de la diosa Razón)
con la sedosa yema de los dedos
para sentir, erosionadamente,
melancolía,
oquedades,
arenas de relojes sepultados.
Clasificar los pétalos del sueño,
los insectos que silban importunos,
para fijar, con alfileres,
abdómenes,
corolas,
estambres, élitros petrificados.
Extender, encarnizadamente,
la terapéutica agonía de Cupido,
desechos de alboradas rosicleres,
despojos,
cadáveres,
fríos como el metal desinfectado.
Es la agenda del día,
compromisos
que ya pautan las horas, los olores
antiguosdel placer abandonado.
martes, 29 de mayo de 2007
Vida
los oleajes, las lenguas presurosas,
las luces que al cerrar los ojos nacen
dentro del alma, que a los labios sube
y mece su jugosa algarabía.
Recuerdas las sonrisas y los versos:
tus brazos en mi cuello y los tequieros
que brotan como flor enloquecida
como tallos o frutos, como árboles
que se abrazan al viento enamorado.
Recuerdas...
y no es solo recuerdo, sin embargo,
y no es solo volver los ojos muertos
del pasado a mirar las sombras yertas...
Es abrir la mirada hacia tu boca,
la indomable virtud de tanto amarnos.
Este amor es milagro y es por siempre,
es vivir y es morirnos sin cordura,
agonía, dulzor, tejidos de hadas,
desnudez, sinrazón, sagrada hoguera,
silencioso fulgor, grito incendiado.
martes, 22 de mayo de 2007
Encara avui
que bufa el focpassat dels records i les ombres.
Rellisca la memòria i fon evocacions, imatges;
i rostres i somriures i cossos es barregen
amb els ídols trencats d'antuvi i ses ofrenes.
Prens llavors com una copa la foscor dels seus ulls,
plens de tardor i capvespre, de promesa i silenci.
I crides els déus antics, la sobtada pregària,
invoques sense la fe d'abans, salmodiant-ne paraules.
I proves de reviure, tocar pell, ventre, cames...
Les mans subtils dibuixen les formes estimades,
i aparences devoren els ulls, i fantasmes; petonegen
els llavis l'aire ardent tot buscant-hi els seus llavis,
l'antiga font de foc, els pits, l'amor llarg... estimada!
Però no torna mai, completament, no encara,
no torna el seu somriure, ni la dolça paraula.
Només resten reflexos, esbiaixades promeses
que s'esmunyen a l'Hades com el fumde la cendra.
lunes, 21 de mayo de 2007
Sueños de hierro
la imagen de los cuerpos que se aman
tejida en tapices de sombras
de inconsistentes angustias que ahogan los recuerdos
fotografiados por diabólicas manos de lluvia y de ciénaga.
Cubren los muertos sudarios de óxido agrietado y oscuro
como sangre reseca que atrapa y que fija
los sepulcros imborrables y su cortejo de muerte administrada
de actas selladas y constantes
con que los cadáveres exaltan su condición silente.
Y narran los espíritus su salmodia interminable
de epitafios verbosos y amplificados
decibelios de ostentosa factura y prosapia
que enredan y amortajan corazones incautos.
Dónde podré hallar laberintos de flores
jardines y vergeles donde la vida acalle
la pútrida canción de gargantas roncas e hipócritas
blanqueadas por los himnos de obligada escucha.
Nada queda sino amarte, aun entre tumbas de herrumbre
aun fatigado por sermones de breviario y augurio.
Porque eres la vida
el amor y la luz las salvajes amapolas del sueño
la incontrolable
sensanción que despierta mis insomnios de hierro.
jueves, 17 de mayo de 2007
Milagro
No existen las manos de dioses que modelen
princesas de hondos lagos ungidas por las aguas
de recuerdos oscuros, reflejos temblorosos.
No es cierto que nazcan los sueños de los mares
sobre conchas nutricias para hollar los vergeles
que florecen al paso de ninfas divinales.
No hay pureza, inocencia, virginales acentos
que destilen poemas nacidos de las Musas
para honrar los amores que mueren misteriosos.
Nada existe, ¿comprendes?, nada que no podamos
entender, razonar, someter a las leyes
que gobiernan el mundo con su prosa reseca.
Mas tus ojos visitan mis vigilias y sueños,
como lagos, vergeles... tan puros, virginales...
Y la sed de escribirte no se sacia ya nunca,
de abrazarte y colmar los anhelos carnales.
Y creo en la sorpresa, el milagro de amarte.
martes, 15 de mayo de 2007
Nietzsche: visión
Como ave que eleva su misterio
desplegó Zaratustra el viento de sus alas,
los ecos del pasado y del recuerdo,
transformados en luces
de fuego y de misterio.
Y clamó en el desierto. Y aunque el polvo
resecó incandescente la garganta,
y aunque la multitud de ojos hostiles,
por escarnio lo iban escrutando,
no doblegó la voz, no silenció la muerte,
no se enterró en excusas y donaires.
Celebró la eucaristía de los fuertes,
la comunión de los excesos exaltados,
el ágape de voces que enardecen
a la vida acogida con los himnos
que a los dioses abrazan y a la muerte.
Consagró la existencia que consume
su transcurso igual que una bengala,
la soledad sonora donde el hombre
a la naturaleza quiebra y le da muerte.
Tal la vida, un cadalso de la espera,
patíbulo de compasiones y perdones,
estandarte de sangre que desborda,
que derrama su savia sembradora.
Y partió, exhausto, enardecido,
hacia la cumbre, cual si un nido
buscara de su propia desmesura,
su superior esencia, su impaciencia,
su no servir más amo que la vida
que aletea incansable en las entrañas.
lunes, 14 de mayo de 2007
Ahora
con el rojizo olor de herrumbres y de sombras
adherido a los ojos.
Extiendo
los pasos y pregunto,
calladamente,
por la constelación de la alegría,
su delicioso resplandor, su gloria pasajera,
la monstruosa dentellada azul con que los cielos
han devorado su brillo paradójico.
No creo ya que las puertas
prometan ni prohíban;
solamente recubren, lo sé, lo espero,
vacíos contagiosos,
nadas,
reliquias de los sueños,
mandíbulas resecas en la arena.
No hay misterio, pasión, pálpito, origen;
respiro,
nada más.
Es óxido el aire,
el paso, presagiado y degenerativo.
Ser. Sin más.
La trayectoria, seca, precisa.
La mirada ya no extrae: confirma y sella.
Se aplaza cuanto ansío,
formalmente:
como un certificado,
como una agonía desahuciada.
domingo, 6 de mayo de 2007
Al modo de Garcilaso, para Ella
En la quietud del alba
nacientes resplandores mil teñían
rosada luz y malva
al cielo, y extendían
el canto de las aves que venían.
Las aguas dibujaban
un rastro de susurros derramados;
los árboles lloraban,
entre los verdes prados,
consuelo por la brisa acariciados.
Y el ganado llevando,
sonríe en sus dolores Nemoroso,
mientras el sol, alzando
su rostro primoroso,
se erige en la mañana cual coloso.
Bajo un haya frondosa,
reposo busca el buen pastor e inclina
el cuerpo y presurosa
zampoña gime y trina
Filomena su dulce envidia fina.
“¡Oh ninfa, fue tan breve,
el canto de tu voz enamorada,
y delicada y leve,
su música callada,
que tengo el alma yerta y desgarrada!
¿No pudiera el acento,
con que decir solías si te amaba,
rebrotar y al momento
mi corazón brincaba
y en mieles de sonrisas se inundaba?
¡Tanto puede la muerte
que aun vivos nos destierra de abrazarnos!
Y mis ojos de verte
hambrientos y de amarnos
con lágrimas de fuego van a ahogarnos.
En estos mismos prados
corríamos gozosos a porfía,
de flores coronados:
si tu espalda veía
un beso te robaba y me reía.
Tus labios, tan dichosos,
bebían en los míos la locura,
y luego, codiciosos,
tus ojos con presura
robaban en mis ojos tu figura...
Y plenas las estrellas
los cielos con sus luces tachonaban
de albores, y tan bellas
auroras estallaban
que miles de mañanas inventaban.
Dormían nuestras bocas
del beso aún incendiado embravecidas;
y respiraban, locas,
en sueños retenidas,
ansiando mil desvelos y mil vidas.
Mas el viento ya mece
las sombras de los árboles oscuras
en la quietud y crece,
pues mi morir procuras,
la noche y desparecen las figuras.
¡Si en el cielo te viera
del llanto ya saciado y te abrazara!
¡Si tu sombra siguiera
mi sombra y te alcanzara
y en gloria con los labios te besara!
¡Viviera eternamente
en tus brazos por fin santificado!
Y dulce, lentamente,
entre ángeles fijado,
dichoso en esa cruz fuera clavado!”
El sol ya distendía
el arco de sus rayos deslucidos.
Y Nemoroso, el día
extrañando, rendidos
sus pasos al redil guía perdidos.
jueves, 3 de mayo de 2007
IMPOSIBLE NO AMARTE
Sabotaje es amarte que detona
la callada paciencia acostumbrada.
Requisar al reloj tejemanejes,
su gotera de instantes laboriosos...
Maquinar es quererte la emboscada,
latrocinio, despojo, y es latido.
Inexorablemente: hurto y beso,
evocación, plegaria. Y albedrío,
que libremente se emborracha
de destellos negruzcos y arreboles.
No hay cadalso en que expire,
fosa común en que blanqueen
sus huesos vorazmente criminales.
Cabalga entre las tumbas y espolea
la aquietada y mortal geometría.
No hay descanso ni paz; ni luto
que amortaje el abrazo y tu sonrisa,
que sepulte tu lengua y tu saliva,
el proscrito manjar que da tu boca.
No termina el amor con un edicto.
Se echa al monte y escapa, reincidente,
para asaltar tus ojos con mis versos
bandoleros, mentidos, fugitivos.
Amarte es, así pues, robarte el alma,
tu espaciosa y frutal algarabía,
sin captura posible ni sentencia.
Ah, cautiva y rehén, mi propia alma,
carne, hueso, suspiro, idolatría,
herejía, inocencia, culpa y sangre:
Me entrego por tu amor, reo de muerte.
Promesas de Orfeo
Bajaré a los infiernos derretidos
de fuegos crepitantes y traidores;
beberé de la lava incandescente
que hierve y quiebra piedras sepulcrales.
Pasaré por los fuertes y fronteras,
donde el pecado grita su agonía,
eternamente inmerso en amarguras,
en temor y temblor multiplicado.
Y encontraré la sombra que me amaba
cuando poblaba el alma su belleza,
cuando gemía el viento enamorado
al tañer sus cabellos como arpas...
Y besaré tus labios hasta el fondo,
hasta el hondo final de los recuerdos.