viernes, 23 de marzo de 2007

Canción incitante

De tus ojos amados como estrellas
de tus labios rabiosamente florecidos
de tus pechos gloriosamente prestos
para el beso incendiado de mi boca

De tus nalgas, firmes y generosas
como montes lascivos y surcados
de arroyuelos, torrentes y de pájaros
que gritan sus amores en gorjeos

De tu cuerpo no puedo sino celos
sentir aun del aire y de la lluvia,
de los breves suspiros de las aguas
que en los ríos completan su agonía

entre llantos humildes como ahora
a tus plantasexcelsas yo me postro
por pedirte de amores remembranza
por rendir mi pasión a tu capricho

de princesa encelada y amorosa
de mi reina, feliz conquistadora.

viernes, 16 de marzo de 2007

Para la Luz de mi alma

SONETO VIVO

Despierta tu locura mi luz en resplandores
que el alma me inundaba de claridad dormida.
Abunda tu sonrisa en vidas y colores:
los matices, gloriosos; los besos, a porfía.



Cabalgas en mi cuerpo como una diosa al alba,
el sol en los cabellos, los ojos entornados;
recubres de placeres, de bellas nubes malva,
los gemidos que bullen y ríen extasiados.

Y si dentro del viento se mecen claridades
que brotan como sueños de hermosas amapolas,
lanzo tu perfección, esa sangre completa:

y alumbra una princesa que reza, recoleta,
epitalamios vivos, llenos de caracolas,
de playas cadenciosas, y olas, y beldades.

Celos del viento. Amor en la playa. Romance de luz y sombra

El viento tiene mil dedos

Cansados de tañer arpas.

El silencio se recuesta

En notas de oro y de plata.

Musitando, se desliza;
Acariciándote, canta
Los amores, codiciosos
Por beberte en cuerpo y alma.

Y tu espíritu respira

Fuego y luz por tu mirada:
Fuego encendido de amores,
Luz que se mece en las aguas.

Y quisiera el viento brazos

Para anudarte, aun sin habla;
Y labios para besarte
La boca de oscuras playas.

Mas sus dedos, misteriosos,

Se duermen, llorando, al alba,
Tonadas de triste aliento,

Y negras sombras de nada.

Mis dedos, mientras, lascivos
Te tañen el cuerpo de hada:
Te arrancan placer de diosa,
¡Y en la playa... me cabalgas!

Galopas sobre mi cuerpo;
De celos al viento inflamas,
Y el sol sonríe, jocoso,
Por detrás de tu mirada...

Después de dormirse el día
Las estrellas nos miraran,
Desnudos sobre la arena,
Sobre el Amor y sus alas.

Canalla de verde luna,
Pasión de viento y de agua,
Luz que es mi dulce aliento,
Cuerpo que ya eres mi alma,

Salobre azúcar de menta,
Risa con que me exhumaras
De cuevas oscurecidas
Y tumbas de fría calma,

Nausícaa, Antígona, Virgen
De belleza endemoniada:
Siempre por ti llora el viento,
Siempre por ti ríe mi alma.

lunes, 12 de marzo de 2007

Risas y estrellas

LA PRINCESA SE RÍE...

¡Princesa, tu verde veste,
tus risas, llenas de aguas,
saltarinas, bulliciosas,
me queman por dentro el alma!

Y relucen en el cielo

como flores desatadas,
que brotaran, aun de noche,
tachuelas de viva plata...

Las estrellas son el eco
nocturno de tus miradas,
que amanecen sobre el cielo
con dedos de rosa y lágrima...

Arropan la noche oscura
bordando sus blancas llamas;
y vierten, sobre el silencio,
tristeza de luz y nácar.

Porque sus albos vestidos
a tu alegría no alcanzan,
por más que refuljan locas
por más que rían sin alma.

¡Que el espíritu del cielo
en tu risa ya se encarna,
y tus labios ya lo acunan,
riendo tan dulce nana...!

Evocación

Luz que miras con fuego de estrellas desde océanos hondos,
Boca que en mí desembocas tu torrente de besos lascivos,
Risa angélica y cielo desbordado en relámpagos dulces,
Cuerpo en amor incendiado que me asfixias glorioso,

Quemas sangre, me inundas de salobres lucernas,
Ahogas mi alma en los labios que devoran mi boca,
Tañes cítaras suaves que resuenan espejos de nubes,
Ardes éxtasis húmedos en gemidos de mil paraísos.

Ata mi voluntad, hechicera de blandos conjuros,
Noche de los pecados que paladeamos jugosos,
Reina, ocaso, misterio, isla y mar y recuerdo profundo...

Cobra fuego tu ausencia en mi cuerpo y te evoco
Bebo a tragos de furia tus pechos aún desbocados
Entro en ti al recordar estallidos de astros desnudos.


jueves, 8 de marzo de 2007

Nausicaa

Hilandera del aire,
dulce hada durmiente,
una urdimbre en mi alma,
princesita, me tejes,
tus pestañas agujas,
cortan mi hilo tus dientes...
Mi Nausícaa insomne,
a tus playas me tienes
por coserte el ajuar
con mis ojos, por verte,
por llevarte al palacio
donde reina despiertes.
Y me tejas entonces
no mortajas ni redes:
ropa blanca de holanda
donde siempre te sueñe
donde borde en caricias
la labor de tu vientre,
que me enreda bailando
como rueca o serpiente.
Y que duerma en tus brazos,
y que nunca despierte,
acunado en las olas
de tus ojos silentes.
De tus ojos que zurcen
mis retales y tienen
en su luz, desplegadas,
velas albas de nieve.

martes, 6 de marzo de 2007

Princesita


Los minutos reposan, princesita, en tus manos

esculpidas por dioses que te sueñan despiertos.

Con tus ojos cincelas mi agonía y sus pasos,

con la cruz de tu amor en que sufro y me muero.


Me muero y resucito como un dios incendiado,

como un Eros de sombras que reluce y de nuevo

en tus párpados vierte el amor obstinado

y atraviesa con dardos, tan dorados, tu pecho...


Y si luego en tu boca, princesita, te beso,

con mi boca exaltada, nuestros ojos sellados,

duermo y muero de amores como un loco confeso.


Como un mártir de luces, en ti crucificado;

En ti, de vinos dulces y vinagres sediento...

Y te entrego mi alma, consumada, en silencio.

domingo, 4 de marzo de 2007

HELLAS


Miras el mar, azul como los ojos de Afrodita.

El Egeo es, no lo dudas, espejo de los dioses.

Y Grecia se mece en él como una ausencia viva,

un recuerdo que irradia señuelos naufragados.


Y son ya esfinges, toros, y ya torsos desnudos,
y rostros olvidados los que se te alzan al paso,
los que yerguen su presencia fingida y compacta.
Mas tus pupilas se empapan de olas cadenciosas.


Deslumbran los cadáveres de pulpos extendidos.
Incendia Helios el cielo por dormir en su copa.
Y el olor de salitre araña los pulmones.
Sin embargo, es el mar quien bosteza en tus párpados.


El mar que no contemplas, que no tiene figura,
que no supo impregnarse en las ruinas y estatuas.
El mar vive en tus ojos de Ariadna infinita.
El mar vuelve a tus sueños de aguas desterradas.


Remembranza de fuego

Ya la sed me provoca al placer de tu boca
ambicionan mis ojos tu agonía dulcísima;
y quisiera morirse en la alcoba del viento,
por amor consumida, desbocada, mi alma.

Voy segando los brotes del recuerdo con manos
que son hoces carnívoras de apetitos ebúrneos.
Y retienen los labios las palabras de fuego
que hasta ayer susurraban su incendiada plegaria.

Muero umbrío de penas y añorándote vivo
como un juez exiliado entre togas raídas,
como un lobo sin dientes cuyo aullido es el agua
que se enquista en la tierra y su arroyo no halla.

¡Cuándo habrás de saciarme, de morir en mis ojos,
de velarme, si expiro desairado en cenizas!
¡Eclosión de memorias, lenguas que arden y buscan,
veredictos que manan y en mi amor desembocan!

jueves, 1 de marzo de 2007

Amor... carnal

Con los ojos de amor por fin henchidos

se entrelazan los miembros deseados.

Por estrellas oscuras habitados

propagamos la vida y sus sonidos.


¡Y ya estalla tu luz entre gemidos

de cristales de almíbar fabricados!

¡Y ya enlazan tus dedos extasiados

en mis manos tu canto y tus latidos!


Huracán de las lenguas es el beso

que rebusca el amor de las salivas

fecundadas de viento y de locuras.


Y derrama mi cuerpo su embeleso,

su placer explotado en siemprevivas

floraciones de néctar y dulzuras.