sábado, 15 de diciembre de 2007

Canción desdoblada

Tañen las campanas sus párpados sombríos

su espaciosa canción desdoblada

como una carta cuyas letras se diluyen

en los sudores enamorados e infecundos




Oscuridad que escupe los instantes juiciosos

las silenciosas siluetas borrosas de las letras

la oquedad de los pozos como ojos vaciados

como ambiciosas sombras asfixiadas


Noches de filo hambriento y de escombros

de caballos que al ritmo de los besos

extendían su perfil victorioso y bailable

como alas de espuma inmateriales



Y ya los anillos cortados las cenizas

restauradas en sus gélidos tronos

abrasan fríamente los latidos mellados

los recuerdos como cuchillos sin punta

domingo, 9 de diciembre de 2007

Carta y recuerdo

Recordarás tal vez la búsqueda, el lugar; café, y té, y mirarnos a los ojos. Vendrán, entonces, las sonrisas, como barcos que arriban a puertos extrañados, y extienden su perfil majestuoso, acompasado por el
leve oleaje de la boca. Y saciarás ahora la vista, al perderla en la ventana, indiferentemente acostumbrada a su paisaje laborable. Repararás
en las nubes, que redimen, que cabalgan lejanas desde el cielo, jinetes puros de blandura y de sueño. En la holgura extendida del horizonte podrás
entonces aventurar los ojos, vagabundos, sigilosos, descuidados. Y evocar las palabras que decías, afilado perfil, herida de placer, imborrable luz, apasionada forma de tu gesto. La hospitalaria y flexible caricia de las bocas. Humedad demorada, dulce asfixia, enjaulada inquietud de la impaciencia que serpentea en los enamorados labios.


Y no podrás desembocar sino en la dicha de amor, en el panal donde apresamos la miel, el vuelo, la peregrina búsqueda del polen. No podrás evocar sino la vida, el canto, la forma como los cuerpos
buscaban sus propias almas, inquilinas del ser avariciosamente amado. Y seguirán buscando, para siempre, para siempre. Aun después de haber
hallado. Y perdido. Buscarán. Siempre.

martes, 4 de diciembre de 2007

Perfume de las sombras


Sigo siempre al besarte

--perfume de las sombras--

el rastro de las lenguas olvidadas,

la ausencia de pasiones derrotadas.


Las huellas naufragadas de otros labios

batidas por las olas de estos besos

amagan su perfil olvidadizo.


Como un bajel de niebla y de amenaza

enrolas en mis brazos

el mapa de tu cuerpo, su relieve

dibujado en mis manos peregrinas.


Y grito tierra cuando ya me hundo,

devuelto a los deseos más oscuros,

en la patria profunda de tu boca.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Flores como bocas


Devastada presencia

de azucarados temblores se disuelve

en el magma aquietado del recuerdo.

Y las flores como bocas se cierran

sobre la tierra enjutas

sobre la arena marchitas débilmente.


Palabras surtidores las sirenas

del amor derribado sobre escarcha

licuan su aurora gélida,

su costumbre vertida en los desagües

hasta la honda entraña de la Tierra.


Y tu pie, la blancura callada,

cubre flexiblemente al viento enmudecido,

al tácito rumor de las mareas

que me invaden con aguas de deseo

con salobres ahogos demorados.