lunes, 31 de marzo de 2008

Lágrima prisionera

Para venir a la adorada pena
de pensar tu silencio y tu hermosura
traigo la ausente lágrima y más pura
en los ojos cautiva y en cadena.

No la dejo escapar porque está llena
de reflejos de ti, y aun de la oscura
sinrazón de no verte. La locura
de buscarte en los ríos la envenena.

Que bebiera tus ojos si miraras
su humedad diminuta en la corriente
y hasta mí regresara va diciendo.

¿Y si tú, enamorada, la tomaras
en tus labios sedientos de repente,
qué imagen me quedara?, le reprendo.

viernes, 28 de marzo de 2008

Els ulls, els teus, amor...











Els ulls, els teus, amor,







com flors de llum fresca i precisa,





em miren, des del fons







profund de la memòria:







hi ancoren el desig,







la tèbia boira,







el dolç esforç curós del bes







—desfici saborós! i fèrtil!—.



























Com respires la vida! ah, com exhales!







De la cova secreta,







on jauen les pregàries trencadisses,







brolla l’alè sagrat dels sacrificis







pel meu retorn,





i el fum troba per fi, tal una vella espasa,







estoig, repòs... i vol de vent!







I carn, i vela, i mar, dolcesa!









Tendre combat de naus,







guerrera lleugeresa de les llengües,







que sense treva beuen





les ombres, esplendents d'estels,





les onades, verins humits que cremen!





























jueves, 27 de marzo de 2008

Sunion

Miras, abajo, las olas:
suaves, espumosas.
Acarician los mármoles
levemente azulados,
los trozos derrotados,
matizada blancura
inútil ya y rendida.

Quisieras
el divino poder
de alzarlos en tus manos
piadosamente
para trabar de nuevo el bosque detenido
de columnas altivas y sagradas.

El viento busca en vano la memoria
de ramas, voces, ecos.
Encuentra erguida apenas
la escasa desnudez escueta
de los troncos de piedra acanalada.

Aún musitan, inermes,
nombres, como heridas
de espuria eternidad.

Oyes el mar. Comprendes:
restañará también estas palabras
con la paciencia de sus labios,
y hundirá para siempre
en su vientre infinito la memoria.

sábado, 15 de marzo de 2008

Brota tu voz



Brota tu voz que nace de la tierra,
de la avidez callada de las sombras
y me inunda de aliento amanecido,
de caricias de luz precipitada.

A las aguas oscuras de los besos
fabricados de fuego navegable
me convocan tus labios, mares rojos
por mi amor peregrino separados.

Nube y pan en tu boca me procuras,
viento dulce y oleaje que me sacia
de humedades vivaces y profundas,

porque alcance la tierra prometida
de tu cuerpo fecundo, viva patria,
soles, dunas, y gruta deliciosa.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Vencido


Pude saber de ti como del alba:
invadían mis ojos los soldados
de tus miradas guerrilleras,
desembarcadas en rocíos
de luminosas incursiones.

Qué batalla de dulces y rojizos
amaneceres de los estandartes
de tus labios, que borran mis fronteras.

Y los vientos de besos arraciman
los deseos en bocas belicosas,
como heridas, abiertas, inundadas
de oleajes y húmedos combates.

Y tus manos despliegan ambiciosas
su ofensiva de dulce recorrido,
pues no hay tregua que frene el movimiento
de la liza que arde entre los cuerpos
con la plena explosión del mediodía.

Libro a muerte la guerra de mi vida
felizmente en tus brazos prisionero,
anochecido, exhausto, derrotado.


viernes, 7 de marzo de 2008

Cálido fin

No existe frialdad.
Es el destino,
la exigente ambición de tu mirada:
luz de tenacidad,
de plenitud abierta, roja.
Luego convocas
para la cartografía de tu cuerpo
el viaje de mis labios concienzudos:
ebriedad, temblor meticuloso
que vierte cálculos y cotas,
vientos de fuegos empapados.
Hilvanar, después, se hace preciso,
suavemente morder,
pespunteando el hábito,
la vestidura, el atlas vivo
de tu erizada piel.
Hundiendo huellas,
verdugos enhebrados,
por montes y por grutas
por la humedad tejida de suspiros.
Para que enteramente
cobre relieve, movimiento
el mapa de tu desnudez hospitalaria.
Y gimes, y destruyes
el tiempo en mil cristales dulces,
en fragmentos,
heridas de placer,
sombras
secretas, requemadas.