Infinito es besarte
con los labios mojados de recuerdo,
con la boca
habitada de sombra y de deseo.
Es muy fácil que beba
en tu silencio húmedo y lascivo
una lluvia menuda de dulzura
y de menta, trabajada en el aroma
de tabaco y aliento enardecido.
Es hermoso que abrace
con tu cuerpo el gemido, la distancia
que tu memoria teje en otros besos,
otras bocas que tocaron
al buscar, como yo busco ahora,
el corazón, y abrírtelo en los labios.