miércoles, 29 de julio de 2009

La fatiga dulce de decirte

Voy a dejar tu amor, como una herida,
escrito en la república del viento,
en las lagunas negras de la muerte,
en la tierra fecunda de tu ausencia.

Voy a sembrar tus labios en cien labios,
tus ojos en mil ojos, porque beban
tu luz y tantos besos, desbordados
en la voz labradora de quererte.


Qué azulada la sed de tanto amarte
me llega por las venas lentamente
a la morada triste del latido.

Y qué roja, del pálpito a la boca,
se desboca en el surco y la palabra,
en la fatiga dulce de decirte.

miércoles, 22 de julio de 2009

Llegeix-me en veu alta

¿Hi posaràs només, amor,
l'embolcall llis i tebi del silenci
per sobre d'aquests mots
mentre espurnegen els teus ulls
encuriosits per les petjades de les lletres
sobre la freda neu lluent de la pantalla?
¡Fóra tan dolç que dels teus llavis
plogués llur so, fecund i sorollós,
tal la munió d'estels que claven
els crits d'agulles lluminoses
a la pell fosca de la nit callada!
Escric i les paraules, dòcils,
estenen la petita nuesa dels seus cossos;
sembla que sentin tremoloses
desig per la carícia humida
dins la teva boca. O quin deler
d'amar-te! Tanmateix sia ara d'amagat
darrere del mutisme d'aquests mots,
encara no nascuts, no humitejats
pel plor feliç i dolç que el teu petó profund
va fondre vivament  dins meu per sempre més,
el primer cop, aquell matí de foc,
de triomf, que vas venir per fi, recorda, sí,
fins l'escalfor curosa dels meus llavis.

miércoles, 15 de julio de 2009

Incienso

Este silencio se consume
quemando lentamente.
De su incienso se eleva
poco a poco una danza de perfume
que impregna el aire seco.
Voluptuosamente,
el humo esculpe: tu cadera
que gira, tus senos
lentamente, dulcemente,
bebidos por mis labios.
Y qué abrupto y hermoso
que finalmente
inunden el espacio
los gemidos que estallan,
y aprietes en mis manos
todos los sueños que apuramos
como un vino esperado
por tanta sed de amarnos,
cuerpo a cuerpo.
Este silencio y esta sombra.
Esta memoria llena y pura. Limpia
como un altar.
Como una nube
de luz y de deseo.

jueves, 9 de julio de 2009

Plegaria de discípulo

Ah, tu boca, palacio de la hondura,
reino de la humedad dulce y precisa,
no sé negarte con palabras negras
pues la luz de besarte me desborda.


Pon de nuevo en mis labios el silencio
incendiado de golpe en tu saliva,
fuego griego de menta naufragada,
niebla densa de llama y de gemido.


Por el oscuro torso de la noche
trepa la sombra y busco traicionarte
con un beso de sal en la mejilla.


Pero grito tu nombre y calla el gallo,
y voy preso al calvario de abrazarte,
de morir en la cruz de tu memoria.