jueves, 14 de mayo de 2009

Canción de ausencia

Pondré una flor oscura
sobre tu ausencia fría,
una flor que navegue y que despida
el olor de los ámbitos desnudos,
o de las aguas, suaves tibiamente.


Pondré una flor oscura
llena de viento adormecido.


Y qué dirán tus ojos si deshojas
los pétalos lentos y aturdidos,
qué mirarán tus labios cuando besen
el despojo interior, cálido y último.


Pondré una flor oscura
llena de luna y de marea
sobre tu ausencia,
sobre tu ausencia fría.


Pondré una flor oscura.
Tuyo será su aroma amanecido.


 

domingo, 10 de mayo de 2009

Mendelsshon, opus 102, número 4

Encontré, tras la cortina oscura
que tendía la música,
todo el silencio, antiguo y cierto,
frágil y cautivo,
todo el silencio que anhelaba
como un pájaro herido,
posarse entre mis manos.

Detrás de la música, 
al otro lado del deseo
lento, y casi ya vencido,
al otro lado tú, mi amor,
tus mismos labios,
solo moviéndose,
para decirme (sin palabras),
tras la cortina de agua oscura,
en el silencio que profanan
sutilmente
las manos cuidadosas,
tú musitando tibiamente
te quiero, 
detrás de los sonidos, 
que dulcemente
mueren. 

domingo, 3 de mayo de 2009

Voces que escalan

De lento amanecer,
de sabor vivo,
del brote de tu boca estremecida,
de la abundancia doble de tu pecho,
de tu gemido
voraz, abrupto, derramado,


de todos los reflejos que gozarte
pone en las oscuras pupilas de la muerte,
de toda tu presencia
y tu figura,
de labio, tarde soldado y ya vencido,
de silencio, maduro y sabroso,
de la urdimbre callada del recuerdo,
y de espejo, sediento de tu cuerpo,
ausente de la luz de tu mirada,

de todas estas cosas he alzado
un refugio de voces sigilosas,
que miran en tus ojos,
escalan a tu boca
y densamente
te besan en la cumbre del deseo.