miércoles, 23 de marzo de 2011

Nada puede el olvido

Nada puede el olvido,
sus manos oscuras,
su negra luz,
su  terso manto.
Vuelve siempre
el filo de tu voz,
tus de veras, tu sonrisa,
tu abrazo.
Vuelve el recuerdo,
se acuclilla, menudo,
en tu nombre, ese pájaro
de alas tan pequeñas.
A veces, seguro que imaginas,
rebusco en los bolsillos,
remuevo en el silencio seco
de su fondo. Y te encuentro
rozando
la soledad de mis dedos,
mirándome, luego,
desde el espejo que dibujan
habitado de ti
los ojos interiores.
Y bebo las palabras
leídas de tu boca:
de veras que me quieres,
me preguntas.
Y sonríes de nuevo,
eternamente.

2 comentarios:

  1. Preguntas que obtienen las respuestas sin mediar palabras. Muy bonito, Benjamín..
    Un saludo.
    Anabel.

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  2. Qué triste me estoy sintiendo leyendo poesía!!!

    La vida me ha puesto en la tierra, y debo ser feliz solo por vivir... el pasado debe desaparecer en mi pensamiento, porque si escribo poesía voy al pasado, y el pasado no me deja vivir el presente, y reconstruir esa forma de pensar tan autodestructiva.

    Y entonces...tengo que aprender de nuevo, y cuesta... cuesta...

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