Sigo siempre al besarte
--perfume de las sombras--
el rastro de las lenguas olvidadas,
la ausencia de pasiones derrotadas.
Las huellas naufragadas de otros labios
batidas por las olas de estos besos
amagan su perfil olvidadizo.
Como un bajel de niebla y de amenaza
enrolas en mis brazos
el mapa de tu cuerpo, su relieve
dibujado en mis manos peregrinas.
Y grito tierra cuando ya me hundo,
devuelto a los deseos más oscuros,
en la patria profunda de tu boca.
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