domingo, 3 de mayo de 2009

Voces que escalan

De lento amanecer,
de sabor vivo,
del brote de tu boca estremecida,
de la abundancia doble de tu pecho,
de tu gemido
voraz, abrupto, derramado,


de todos los reflejos que gozarte
pone en las oscuras pupilas de la muerte,
de toda tu presencia
y tu figura,
de labio, tarde soldado y ya vencido,
de silencio, maduro y sabroso,
de la urdimbre callada del recuerdo,
y de espejo, sediento de tu cuerpo,
ausente de la luz de tu mirada,

de todas estas cosas he alzado
un refugio de voces sigilosas,
que miran en tus ojos,
escalan a tu boca
y densamente
te besan en la cumbre del deseo.

4 comentarios:

  1. Qué alegría, amigo Benjamín, encontrar en la red poemas con esta tensión amorosa, erótica, tan bien construidos, en unos momentos en los que parece un pecado proclamarse hombre, amante, masculino. Un abrazo.

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  2. Me parecen unos poemas estupendos estos últimos. Se me han llenado los sentidos y la cabeza de oscuros palacios y auroras rebosadas. Gracias.

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  3. Es siempre hermoso que las palabras que no tengo más remedio que escribir así lleguen y transmitan.

    Gramia, esta es tu casa. Lo sabes, y es un privilegio que se pasee por ella tu corazón de vez en cuando.

    Qué decirte, Octavio. Por ahí te he lanzado el guante de versos romanos, elegías goethianas, noches áticas, como quieras que sean, pero por favor, que huelan a mujer y a luz sedienta.

    Jesús, no sabes cuánto me place que esas imágenes te llenen los sentidos. Porque son el símbolo de mis sentidos llenos, dicho sea calando hasta el origen mismo de la palabra griega. Y si en ti encajan, algo de parientes tenemos. Cosa que me alegra infinitamente.

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