martes, 25 de septiembre de 2007

Nube y labio

Hay, princesa, en las nubes

un perfil diluido de los besos besados

en las bocas que beben el amor y el aliento

perfumados de luces sigilosas y vivas.


Van manchando los cielos

con la blanca esperanza de las formas del sueño,

y la limpia y sinuosa sensación de los cuerpos

que en un lecho celeste se confunden lascivos.


Tienes siempre en los ojos

una angélica estancia donde duermen destellos

que te prendo al mirarte si demoro mis labios

en tus labios abiertos como copa de nimbos.


Y es la aurora y la lluvia

las que arrullan con dedos de rosados rocíos

el silencio exaltado que respiro al besarte,

bella calma que estalla en bocados de alma.

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