Las palabras,
copias hambrientas de las cosas,
esas que callan y exhiben
a la memoria
su difuso perfil,
bocado escurridizo.
Ah, las palabras,
trémulo espejismo,
soledad apetente,
flecha sin blanco,
si sedienta de pálpito y de sangre.
Levantan muros
de imaginarias patrias conquistadas,
encastillando sombras,
arquetipos, ideas.
Tejen espinas
que coronan y endiosan.
Y desatan, al fin,
fugitivas siluetas de silencio.
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