domingo, 7 de diciembre de 2008

Del otro lado, sin voz y tibiamente

Desde otro lado, sin voz y tibiamente,
voy a decirte, amor, que no es posible,
que no hay olvido tan grande que devore
toda esta luz, esta materia tuya,
todo lo que en mis ojos dibujaste
con el perfil cuidadoso de tu cuerpo.
No puede ser posible, si en las manos
noto aún tu contacto, suave y vivo,
igual que ese calor en las mejillas
cuando nos atenazan, repentinos,
el miedo y el deseo al mismo tiempo.
Seguro que ahora mismo, lo presiento,
tú sientes al leer precisamente
ese rubor que trepa desde el pecho
y florece en el rostro de repente,
como una aurora de pudor que quema
y desliza en la palabra temblorosa
flujos de miel y fuego. Siento en la boca
la memoria vibrante de tu boca,
cada vez que despierto busco ausente
el volumen del sueño fugitivo 
en que de nuevo te abrazo y te deseo. 
Es en la boca, sí, donde te encuentro,
donde revive el sabor y el tiempo mismo
parece que me derrama oscuramente
tu aliento y tu deseo incontrolable
noche tras noche por los labios.
Y así persistes siempre en lo que pienso,
en las palabras que escribo, en las que digo.
No es posible que deje de decirte,
escribirte, pensarte. Bien lo sabes.

4 comentarios:

  1. Hola "soyelquesoy".. saludos. Que bonito, por la musa de inspiración del poeta. Buenas palabras, espero lo lea pronto...

    Un saludo cordial.

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  2. Desde éste lado del cristal.
    Aunque ya no me recuerdes, yo si te sigo admirando.
    Un beso.

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  3. Gracias. Llevo días que no escribo, desmemoriado e inactivo. Días en prosa. Pero sí recuerdo.

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  4. Y así persistes siempre en lo que pienso,
    en las palabras que escribo, en las que digo.
    No es posible que deje de decirte,
    escribirte o pensarte. Ya lo sabes.

    Ese final, estimado Ben, ha hecho grande de principio a fín ese sentir suyo, sutil, tierna, hechidazora su palabra.
    Siga escribiendo, le animo a ello.
    Un beso.
    Anabel.

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