jueves, 25 de diciembre de 2008

Tu vientre es la memoria

Tu vientre es la memoria
lisa y clara del agua.
El viento en tus caderas
aquieta blancas alas.
Qué cristal sin reflejo
tu sonrisa, qué lágrima
deja caer el Tiempo
por su barba de plata.

Hasta mi voz te llegas,
hasta mi voz pálida,
como bajel de seda
por caminos de agua.

No despiertes, doncella,
de este amor de crisálida,
que es de nube y penumbra,
que es de pluma y de nata.
Que es de sombra y caricia,
tú lo sabes, y callas
y dormida me tejes,
y en silencio me tramas.

Hasta mi voz te llegas,
hasta mi voz pálida,
como labor menuda
toda hilo de Ariadna.

2 comentarios:

  1. Es muy bello este poema, me ha gustado mucho lo de : tú lo sabes, y callas
    y dormida me tejes,
    y en silencio me tramas.
    Precioso, un saludo, Ben.
    Ana.

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