Este silencio se consume
quemando lentamente.
De su incienso se eleva
poco a poco una danza de perfume
que impregna el aire seco.
Voluptuosamente,
el humo esculpe: tu cadera
que gira, tus senos
lentamente, dulcemente,
bebidos por mis labios.
Y qué abrupto y hermoso
que finalmente
inunden el espacio
los gemidos que estallan,
y aprietes en mis manos
todos los sueños que apuramos
como un vino esperado
por tanta sed de amarnos,
cuerpo a cuerpo.
Este silencio y esta sombra.
Esta memoria llena y pura. Limpia
como un altar.
Como una nube
de luz y de deseo.
miércoles, 15 de julio de 2009
Incienso
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¡Un blog de poemas de amor!
ResponderEliminar¡Extraordinario!
¿Extraordinario por raro o por excelente? Muero de curiosidad... Espero que sea lo segundo.
ResponderEliminarPor raro y por excelente.
ResponderEliminarEntonces doblemente halagado. Y doblemente agradecido. Y qué más va uno a decir. Espero que bucees mucho por aquí. Hay cierta profundidad ya en el tiempo. Y algunos de los poemas antiguos a mí me parecen muy hermosos. Claro que... yo los he escrito.
ResponderEliminarGracias.
Ya estoy buceando y descubriendo tus tesoros.
ResponderEliminarGracias a ti.
La verdad, que cada que leo un poema tuyo me llegan muchas sensaciones a la mente.....me parecen hermosos.....un abrazo...
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