Para venir a la adorada pena
de pensar tu silencio y tu hermosura
traigo la ausente lágrima y más pura
en los ojos cautiva y en cadena.
No la dejo escapar porque está llena
de reflejos de ti, y aun de la oscura
sinrazón de no verte. La locura
de buscarte en los ríos la envenena.
Que bebiera tus ojos si miraras
su humedad diminuta en la corriente
y hasta mí regresara va diciendo.
¿Y si tú, enamorada, la tomaras
en tus labios sedientos de repente,
qué imagen me quedara?, le reprendo.
Hola Benjamín!!
ResponderEliminarEs una poesía muy bonita, esta llena de sentimiento. Me ha encantado.
Gracias por compartirla ;)
Besos