Basta, sin más, que lo desees,
que tus alrededores borres,
e imagines
que en tus labios recoges,
como pájaro herido,
estas palabras incapaces
de desplegar las alas, si no sienten
el aliento que exhalas, la caricia
de tu boca. Después ya sí, ya poblarán el viento,
y encontrarán sin duda
las invisibles sendas para el vuelo
desde el cálido nido de tu voz.
Y posarán su eco
en los huertos de bocas desveladas
tan repentinamente
por el reflejo oscuro de tus ojos,
el contacto evocado de tus besos,
la vigilia de luz de tu sonrisa.
No cesará ya nunca
su migración eterna y agitada,
la siembra enamorada del recuerdo,
para que en torno a ti
haya por siempre alrededores
imborrables y bocas que acaricien
el vuelo inmarcesible de tu boca.
absolutamente deslumbrante amigo, eres un arquitecto de la poesia.
ResponderEliminarSigue siempre asi .
besitos desde valencia
Gracias, Ana María. Por los elogios, por el cariño. Por leerme. Tienes por estas páginas muchos poemas, si quieres explorarlos. Y otros que probablemente seguirán llegando. Si no se me mueren en la boca, como decía el clásico.
ResponderEliminarGracias, de nuevo, pues, y bienvenida. Espero que pueda leer muchos más comentarios tuyos, tan inmerecidos como de agradecer.
Ojala bastara con desear.
ResponderEliminarLos deseos se pierden en la memoria.
Los deseos se vuelven indiferencia.
Para qué desear nada que nunca se va a cumplir.
Para mí, ahora, solo me sirve sobrevivir.
Pero.... que bonito, como siempre.
Me siento como un explorador que hace un gran descubrimiento!
ResponderEliminarMe gusta este sitio, me lo apropio!
Muy buenas letras!