Despierta tu locura mi luz en resplandores
que el alma me inundaba de claridad dormida.
Abunda tu sonrisa en vidas y colores:
los matices, gloriosos; los besos, a porfía.
Cabalgas en mi cuerpo como una diosa al alba,
el sol en los cabellos, los ojos entornados;
recubres de placeres, de bellas nubes malva,
los gemidos que bullen y ríen extasiados.
Y si dentro del viento se mecen claridades
que brotan como sueños de hermosas amapolas,
lanzo tu perfección, esa sangre completa:
y alumbra una princesa que reza, recoleta,
epitalamios vivos, llenos de caracolas,
de playas cadenciosas, y olas, y beldades.
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