Sabe acaso la espuma
que saltar viva y libre precipita
su silencioso ahogarse entre las aguas.
Tal vez intuye el viento,
brotando con su brusco vuelo y canto,
que la quietud le aguarda en el espacio.
La espuma de tus besos,
el viento embravecido de tu aliento
no dormirán jamás mientras exalten
la libertad jugosa,
la floreciente llama de su alas,
en callados suspiros de palabras.
Como pan que se quiebra
en la boca, te escribo esta plegaria
amasada de luz y de recuerdo,
de ola de eternidad huracanada.
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