Eres de sal y hierba, gozosamente abres
tu perfume de savia mineral en los brotes
de vientos que desangran velozmente el silencio
en tu risa de estancias grácilmente bailables.
Eres la tierra herida por el arado hambriento,
hecha de ola y de sombra, de semilla y de espiga,
eres como una ausencia, dibujada y precisa,
como un dolor de aceite levemente vertido.
Qué quieres que te diga para invocar la aurora
de tus labios que escuecen mi boca atardecida,
la perfección oscura de tus besos desnudos.
Qué oración extraería del sepulcro del sueño
el arcángel que habita el hueco de tu cuerpo,
encarnación y fruto de despobladas manos.
"Qué quieres que te diga para invocar la aurora
ResponderEliminarde tus labios que escuecen mi boca atardecida,
la perfección oscura de tus besos desnudos."
perfecto ! besos desnudos , hermosa metáfora
Di lo que sea, pero sigue diciendo.
ResponderEliminarTu boca no está atardecida, está amaneciendo,
aún empiezas a sentir, sigue sintiendo,
sintiendo sin dolor, solo sintiendo amor.
Que amor tan grande tienes dentro.
"Eres la tierra herida por el arado hambriento,
hecha de ola y de sombra, de semilla y de espiga,
eres como una ausencia, dibujada y precisa,
como un dolor de aceite levemente vertido."
Cómo me gustaria que me describieran así.
no contesta a nadie
ResponderEliminarno vale la pena comentar
Pues no es del todo cierto... De hecho, sigo escribiendo en buena medida por los comentarios que recibo. Y todos los agradezco, por más que no lo haga tan explícitamente. Los poemas, de todos modos, son la mejor respuesta que puedo daros. Gracias por leerme, Abigayl. Y perdona si te he parecido descortés.
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