De agua y de miel hilada y taciturna
tejiste los aromas oscuros de tu boca,
como un silencio helado su ausencia se demora
por la pradera errante de sueños cereales.
Y el beso, prisionero de luces derrotadas,
envuelto en un traje silencioso y efimero,
deambula en las calles nocturnas del recuerdo
y deja insomnes surcos de letras ateridas.
Con qué insolente viento me endiosas y me enciendes
en el altar de selvas, de nidos y de panes
poblados de la espuma codiciosa del labio.
Y qué despacio cierro los ojos al besarte
recorriendo una espiga, un sabor, una tierra,
ese rastro que siembras de caricia y de cuerpo.
Hola Benjamín!!
ResponderEliminar"Y el beso, prisionero de luces derrotadas,
envuelto en un traje silencioso y efimero,
deambula en las calles nocturnas del recuerdo
y deja insomnes surcos de letras ateridas."
Que versos tan preciosos y romanticos... como siempre :)
Buen verano, besos,
Tu siempre amiga,
Eva