martes, 14 de octubre de 2008

Patria de amar y del deseo

No sé si eres consciente,
siquiera si imaginas,
cuántas veces me pierdo y me desvío
por el azar sinuoso
de tu cabello, mar sin rumbo,
ola de suavidad y de silencio.
Quizá te has dado cuenta,
(a veces me parece estar seguro,
cuando otra vez hallo la forma
de mirarte y de hablar y de decirte
que te quiero
--y me preguntas luego
si es de veras, golosa y ávida
de la insistencia)
y quizá si sonríes es precisamente
porque a tus desnudos ojos
sabes que ahora les confío
la alegre vuelta hasta la playa
al repetirlo,
porque imaginas y hasta anhelas
--con disimulo--
que en los náufragos besos rescatados
toda la sal de lágrima o de ola,
de extravío,
ha de volverse vino locamente,
que te traerá a la boca la memoria,
dulce y recobrada,
tantas veces, (lo sabes, sí, no hay duda ya,
qué tonto he sido),
de la patria de amar y del deseo.

2 comentarios:

  1. Me alegra ver tantos comentarios bonitos, te lo mereces, enhorabuena.

    ResponderEliminar
  2. A mí me alegra mucho que haya nuevas personas a las que les guste lo que escribo. Pero me alegra aún más que sigas paseándote por esta que es tu casa y dejando recados tan amables como esperados. Y este poema, tan diferente del soneto que tantas visitas ha atraído --no puedo sino reiterar mi gratitud a todos--, me es muy querido, y es hermoso que sea aquí precisamente donde vuelvas a dejar tus palabras.

    ResponderEliminar