martes, 21 de octubre de 2008

Sin reflejo

En todo el tiempo, amor, que nos tuvimos
prisioneros de espera y de palabras
--tantas veces furtivas, otras liberadas
como palomas ágiles--
no recuerdo, es curioso, que un espejo
recogiera la imagen
de tu mano en la mía, las miradas
cruzándose sonrientes
al otro lado del cristal, testigo ausente;
que anotara en silencio
desde una tienda
el dibujo brotado en las aceras
de los cuerpos al beso ya entregados,
--enredaderas súbitas los brazos, oscura
habitación del alma en sueño
la flexible extensión húmeda y grácil
de las bocas. Ahora las calles
de nuestro amor transito ávidamente,
interrogando, 
y es desvarío extraño,
los cristales, las lunas, los espejos,
si tal vez detrás de esa niebla que cubre
densamente el pasado,
una reliquia pueden entregarme,
un segundo de amor 
que fugazmente
me devuelva la espera, la palabra,
el beso, la mirada, 
la sonrisa,
me devuelva la vida
naufragada en las sombras sin reflejo.





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