Ach unten, da unten
Die kühle Ruh!
Ach Bächlein, liebes Bächlein,
So singe nur zu.
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.
ni a las estrellas,
nada pueden decirme
de cosa cierta.
Si jardines cuidara,
si en noches tersas,
ay, trepara hasta el cielo,
les requiriera.
Sólo a ti, mi arroyuelo,
quiero decirte
la pregunta que quema
mis labios tristes.
¿Has oído rumores
de viento libre,
o en tus aguas golosas
suspiros viven
de su boca sedienta
que me apacigüen,
que mi amor y mi vida
suaves cobijen?
¿Me ama entonces? ¿Lo sabes?
Hablas deprisa,
mezcla el aire susurros
hechos de risas.
Dos palabras tan solo:
una daría
a mi espera la muerte,
la otra la vida.
Pero no me respondes
la que quería...
Duermo ya dulcemente:
en ti tendría
con la muerte y el sueño
dulce caricia,
con la muerte y el sueño
calma bendita.
¡También por seguidillas! ¡Y tan puestas en razón y sazón! Pardiez, que sois polifacético, proteico, magistral.
ResponderEliminarUn abrazo exhausto.