Si pudiera escribir tu nombre,
nada más que tu nombre, limpiamente,
creo que cubriría estas palabras
de claridad gozosa
y de deseo.
Caería mansamente sobre ellas
--¿puedo decirlo de este modo?--
un manto hecho de luz, fino y preciso.
Y si quisieras tú después
leerlo a solas,
aquí depositado suavemente,
volvería a volar, estoy seguro,
despacio por tus labios,
como un pájaro perdido
entre la niebla que rebosa
del recuerdo embebido de tus besos.
Pero no tengo
nada más que escribir, pues no es posible
ahora que ponga
limpiamente tu nombre,
que extienda derramada
esa lluvia de luz que su recuerdo
deja repiqueteando en mis oídos.
Así que tendrás tú
que rescatarlo,
que traerlo del fondo del silencio
hasta la superficie roja de tus labios,
hasta la la piel erizada de estos versos.
Eres de las pocas personas que consigue hacer emocionante e interesante, bello y nostálgico, cada escrito. Gracias :)
ResponderEliminarCon mucho, el mejor de todos los "junta-letras" que andamos por aqui!
ResponderEliminarGracias por tus letras
Saludos
Maravilloso, Benjamín, maravilloso. Todo un honor que mis letras sirvan para inspirar las tuyas. Qué ritmo, qué emoción contienen tus versos, qué imágenes. Los nombres puros, los besos luminosos, las verdades desnudas, vestidas de palabras. Enhorabuena.
ResponderEliminarSherezadee, espero que estos pobres poemas puedan encajarse mil y una veces en ciertas soledades, y que algo de luz vayan filtrando por las oscuridades.
ResponderEliminarIván, gracias, qué otra cosa puedo decir. Gracias de este insistente juntaletras.
Octavio, eres realmente un exceso. De amatoria virtud, de entusiasmo en el elogio, de verso enardecido. Un exceso amable sobre todo encarecimiento. Gracias a ti, por todo lo que das tan generosamente.
Realmente bello el poema, cariño. Yo cuando lo he leído, en efecto, he recordado el de Ángel Gonzálz con el que inauguré mi blog.
ResponderEliminarTus versos destilan sensibilidad. Gracias por visitar mi blog; yo volveré por aquí.
Besos (con o sin lengua, como más te guste).
Es sumamente bello que con palabras se llegue al corazón, eso es un arte y usted lo sobrepasa. Deberíamos tenerle cerca de la mesita de noche, para que cuando necesitáramos un trocito de sensibilidad, simplemente encender nuestra lamparita y leerle. Usted teje cada palabra con hilos de oro y hace de las letras un tesoro (sentimiento).
ResponderEliminarUn beso, Ben.
Anabel.
Gracias, Pamela y Anabel. Recibo vuestros besos, agradecido. Y os doy la bienvenida otra vez, para cuantas veces queráis pasearos por esta casa, que es vuestra: por sus muros, alzados solo de palabras, es infinitamente agradable que entre vuestro aliento, abriendo estas ventanas insospechadas, esta corriente fresca de afecto.
ResponderEliminarBen
No te olvido
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