domingo, 28 de enero de 2007

ACADEMIA -a la manera de Cavafis (2003)

El decreto decía claramente:
"En el nombre de Dios, que rige el cielo,
la tierra y las estrellas" --era prolijo
en la presentación ceremoniosa--
"debe por fin así, en definitiva,
--seguía más abajo--
"clausurarse las puertas de ese infierno
que las almas sin cuento arroja al Hades"
--extraña gala--
"de una condenación eterna y sin remedio".
Fueron siglos de alegres madrugadas,
de paseos continuos y discursos
que el maestro iniciara desde el día
en que Sócrates despertóel alma adolescente.
Tiempos de especular, de deliciosamente
recostar la meditación bajo sagrado auspicio
del héroe Academo. Ahora, definitivamente,
un templo se iba alzar sobre los viejos muros,
para glorificar la Santa Sabiduría.
Algunos rollos podrán salvarse de la biblioteca:
cartas del maestro, viejos comentarios, acaso algún poema.
Y la Luz Santa del Sagrado Saber, de la Fe auténtica,
para siempre iluminará la vieja Atenas.

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