domingo, 28 de enero de 2007

Para un alma en sombras (2005)

CASI UN SONETO

Me parte esta agonía la luz en dos mitades
que en el alma inundaba de claridad el día.
Me llena tu sonrisa la muerte de oquedades,
de angustiosos vacíos, de fin, de idolatría.

Cabalgo hasta la aurora de los relojes muertos,
al viento los cabellos, los ojos entornados;
recubro de silencios, de negras nubes, yertos,
los quejidos que bullen, que lloran saqueados.

Y si dentro del aire se mece el alba a oscuras,
por brotar, deseosa, por quebrarme este sueño,
lanzo tu perfección, esa roja saeta;

y enturbia el horizonte, y rompe la completa
hora de las plegarias letales, clavileño
de fuegos aventados y dulces aventuras.

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