miércoles, 29 de agosto de 2007

Retrato



Has llegado hasta mí como un bosquejo
fatigado de sombras y de trazos.
Como un silencio
ostentoso de infértil simetría,
de vacío solar, de luz cansada.

Y he contemplado
tus labios, como arcos distendidos;
como aljabas vacías,
tus manos gobernadas por la ausencia.

La batalla de olvidos obstinados
ha rasgado tu frente con el surco
hambriento de semilla enaltecida.

Te dibujan mis manos reclinada
en las riberas frágiles del beso,
en las espumas malheridas de las bocas.

Y ambiciono
el retrato imposible de los cuerpos
que se agitan y se aman
como olas de curva encarnizada.

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