lunes, 5 de mayo de 2008

Secuencia

Pude tocar, mi amor, el cielo con los dedos
la nube de tus besos con mi boca,
el silencio de honduras insondables
pude saciar, bebiendo de tus ojos.

Volaba entre los árboles, la gente,
para abrazar tu cuerpo, tus promesas,
y me hundía en un lago hecho de sueños,
de cristal, de palabras bienheridas.

Me parece la muerte tan querida,
para vencer el hielo de esta ausencia
espada y precipicio, este deseo,

que no puedo dejar de desvivirme
por matar el desierto de no verte,
no tocarte, no amarte, no besarte.

2 comentarios:

  1. Estos poemas, salen de tu esperanza, de tu recuerdo, de tu amor más profundo.
    Son sensuales, suaves, preciosos.
    A los que te seguimos, nos encantan.
    Que suerte tienes.

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  2. ...por matar el desierto de no verte... Me he quedado enganchado a tu secuencia. Te seguiré leyendo. Anclaré tu página en la mía.
    Saludos.

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