En una dulce espera,
deseosa de brisa y de rocío,
sobre la hierba tiendes
la blancura que acecho
por tu sueño de aceite dibujado.
Ah, te querrá vestir la madrugada
su túnica de luz, tan lentamente
con las manos de rosa y de silencio.
Esa caricia temblorosa,
mojada de la duda que amanece
en resplandor incierto. Y los besos,
las húmedas plegarias
te sembrará mi boca peregrina,
devota de tu aurora destilada.
Benditos sean tus sentimientos. Que facilidad lírica. Precioso.
ResponderEliminarSueños borrados, como el aceite se desdibuja en el agua.
ResponderEliminarDulce espera que se convierte en amarga, cuando ridícula sientes que es tu caricia.
Plegaria que no es escuchada.
Sobre la hierba espero la brisa y el rocío.
Que bonito lo dices todo.