jueves, 22 de mayo de 2008

Siempre


Ah, nunca más tu cuerpo por mi boca,
tu temblor de deseo por mis dedos,
nunca más tu susurro como un ave,
un vuelo reposado en mis oídos.

Y ya siempre del nido del silencio
la palabra de amar como una herida,
una espada de arcángeles en celo,
una llama de sexo estremecido.

Lejos tus senos de anhelante cumbre,
la noche de las olas de tus besos,
el cáliz que en tu vientre se insinúa.

El sabor de tu piel, qué cerca siempre,
la cavidad, qué dentro, de tu ausencia...
Qué lejos nunca de tu luz mi sombra.



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