Es tu boca un jardín de sombras y humedades
de pasiones que anidan y cantan y se exaltan.
Su sabor se desata como el olor de hierba
como el sabor a menta, albahaca y azúcar.
Viene tu alma del beso y se va hasta la aurora
caminando lasciva entre dientes que ríen,
como luces que explotan en el cielo ya oscuro
cuando la noche nos abre su seno para el baile.
Danza entonces mi alma, igual que una doncella
que despierta del miedo y escapa de palacio,
y se sueña princesa danzarina y esposa
de tus ojos, tu risa, que amanece y renace.
No quiero que anochezca jamás entre nosotros
que se quiebre la luz que encelada nos ciñe
con la pasión ardiente de miles de amapolas
florecidas de pronto en los prados del cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario