miércoles, 4 de julio de 2007

Abrazo y promesas

Hay brazos que se enlazan

con tal amor a nuestro cuello,

y ojos que nos ríen

tan plenamente, como astros,

que apenas puedes ya vivir cuando se ponen

más abajo del mar adormecido,

cuando deshacen

su abrazo de promesas infinitas.

Mas es preciso renombrar las cosas,

fundar de nuevo paraísos con palabras

que desatan

el hechizo encerrado en la redoma,

en los ojos abiertos como estrellas.

Y esperar, desear que los cuerpos enredados

nunca rompan su atada melodía,

su ambiciosa querencia de estrecharse

en el beso jugoso de las bocas.

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