domingo, 22 de julio de 2007

Alas


Hay alas que susurran sus vuelos, como aguas

que levemente fluyen de tersos manantiales,

y expanden su quietud tensa y majestuosa

abrazándose al viento invisible y suntuoso.


En las almas nos brotan, como llantos de plumas,

cuando el beso zambulle su humedad silenciosa:

navegamos los cielos y en un mar de salivas

acometen las lenguas sus dulces abordajes.


Luego el sol nos inunda en resplandores de fuego

que derriten el sueño de los ojos velados,

y caemos al suelo sonrientes como ángeles

que han gozado en la carne luminosos naufragios.


Y nos hierven los labios como flores que rezan

la amorosa plegaria que zozobra en el aire:

tal un barco agitado que en las olas dibuja

letras blancas de espuma leídas por los dioses.

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