jueves, 26 de julio de 2007

Princesa del lago

El espejo durmiente
del lago nos devuelve al territorio
flexible y silencioso
de los sueños que fluyen como aceite.

Y los ojos se llenan
de imágenes, recuerdos, de paciente
contemplación del tiempo
que bosteza sin fin sobre las aguas.

La superficie imita
tu piel, la seda de tu cuerpo vivo,
los labios donde brota
el beso que desborda y que emborracha.

Y es zambullirse
lo que anhela mi cuerpo por hallarte
como un hada marchita
que renace empapada entre mis brazos.

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