domingo, 15 de julio de 2007

Primer beso




La plenitud del beso,

la desbordada pugna de las bocas.

Las manos que transitan,

infatigablemente,

los espacios tangibles del deseo.


Las palabras que esperan

derramar su veneno en el oído.

Las lenguas que deslizan,

como peces furiosos,

cuerpos húmedos, presos en la lucha.


Y el aire que rebosa

hirviendo el pecho en fuegos de ansiedades.

Los ojos que devoran

los ojos contemplados

y dilatan sus luces embriagadas.


Y por fin los silencios

que rompen en tequieros expirados,

de amores habitados,

de dulces agonías,

de risa y de promesa, enloquecidas.



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