De las habitaciones negras del silencio
vuelve el recuerdo, el prófugo aliento de tu boca.
Me herías en los labios olvidados,
en el naufragio dulce de las lenguas.
Entre ahogos me hundía
por el oleaje violento del jadeo.
Bajo los párpados cerrados,
se mecía, es cierto,
el deseoso temblor de tus pupilas
dibujando mi cuerpo imaginado
al codicioso dictado de tus manos.
Vuelve el recuerdo, la sensación oscura
de respirar, de nuevo,
el aire de tu boca enardecida.
Es la suave luz deshabitada,
el abrazo desierto de la sombra,
la memoria de besos calcinados.
HOLA ME GUSTAN LAs COSAS K esCRIBES esTAN chidAS
ResponderEliminarbYe
EsCRibeS ChiDo
ResponderEliminarESCRIBEME UN COMENTario porfa
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